Ganadería y sostenibilidad
Desde Pagos de Izcala promovemos una ganadería respetuosa con el medio ambiente y el bienestar animal, por ello, llevamos a cabo un conjunto de prácticas sostenibles que nos ayudan, no solo a reducir nuestra huella de carbono, sino que la transformamos en negativa y ayudamos a fijar toneladas de CO₂ anualmente en nuestros suelos para luchar contra el cambio climático.

La alimentación de nuestros animales se basa en praderas que están adaptadas al tipo de suelo que tenemos en la dehesa salmantina. Seleccionamos mezclas de leguminosas y pratenses que generan sinergias entre ellas, por ejemplo, el trébol, aparte de producir una proteína de gran calidad para nuestras vacas Angus y Wagyu permite fijar nitrógeno en los suelos y que es empleado por las pratenses para crecer aportando fibras y azúcares a nuestros animales.
La fertilización de nuestros campos se basa en el empleo de biofertilizantes como el compost ecológico que nos permite estimular la fijación de materia orgánica en el suelo estimulando la presencia de microorganismos, desarrollando suelos ligeros, ricos y con gran capacidad de retención de nutrientes y agua permitiendo mimar aún más el entorno natural donde crecen nuestros animales, en unas condiciones idílicas que se manifiestan posteriormente en la calidad de nuestro producto, con alta infiltración en la carne y aromas naturales que en cualquier otro tipo de ternera no se pueden apreciar.

Al aprovechar compost de una planta que está a menos de 5 kilómetros de la finca, nuestra huella de carbono se ve reducida completamente, trabajando en un modelo de producción ganadera sostenible que también se surte de alimentos y materias primas del alfoz, el objetivo de kilómetro cero en nuestras producciones nos lleva a reducir la dependencia de materias primas que se producen a miles de kilómetros y que conlleva una huella de carbono que no resulta positiva para la sostenibilidad medioambiental.

Desde la ganadería de Pagos de Izcala no se trabaja solo en mejorar la genética de nuestros animales (que gracias al microclima de nuestra dehesa están completamente adaptados), sino que también trabajamos en mejorar la alimentación y la sostenibilidad de nuestros suelos.
Por ejemplo ¿Sabías que en el último año empleamos en la fertilización de nuestras 300 hectáreas más de 1.640 toneladas de compost? Gracias a esto, no solo hemos evitado la emisión de más de 250 toneladas de CO₂ derivado del empleo de fertilizantes inorgánicos o de síntesis, sino que hemos fijado más de 560 toneladas de Dióxido de carbono que provoca que incrementemos la fertilidad de nuestros suelos.
Estamos comprometidos con el medioambiente y lo reflejamos en nuestros productos.
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